Rosa M. Villa González. Libru de El Carmín 2022
Aunque parezca mentira, este año conmemoramos el 35 aniversario del “pañuelu de les fiestes”, el pleistoceno para algunos y antes de ayer para otros, convirtiéndose desde entontes, gracias a su gran acogida entre los poleos y foráneos en una seña de identidad de las fiestas, primera cuestión que la nueva directiva de la Sociedad de Festejos surgida de la Asamblea General del 27 de octubre de 1986, que había elegido presidente a Don Celestino Cezón obteniendo 27 votos frente a los 15 del otro candidato Don Jenaro Soto Zarabozo.
El 4 de noviembre de dicho 1986, se constituye la nueva Junta Directiva de la Sociedad: presidente, el referido anteriormente, Celestino Cezón; Vicepresidenta Susana Cezón Garcia, Tesorero: Ricardo Antuña Menéndez, Secretario: Celestino Quiros Quiros y como vocales: Raquel Noval Moro, Rosa Mª Villa González, Montserrat Cezón García, Mª José Fonseca García, Eugenia Cardín Nieto, Francisco Pérez Iglesias y Alberto Rozas Blanco. Meses después se incorporaron Mario Canal Fanjul y Concepción Peña Sanchez.
Formábamos un grupo en el que se aunaban las ganas de hacer fiestas y el ímpetu de la juventud, que conlleva capacidad de trabajo e ilusión, además de contar con el conocimiento de la gestión de algunos de sus miembros que habían participado en anteriores Juntas Directivas.
Teniendo claro que la misión de la Sociedad de Festejos es la realización de las tres fiestas de Pola de Siero: Comadres, Huevos Pintos y Carmín, queríamos establecer un símbolo de identidad de estas, que añadido como indumentaria sirviera para evidenciar el vínculo de los polesos con sus fiestas; para ello se decidió la confección de un pañuelo para el que eligió el color azul de nuestra bandera de Siero y su escudo, al que se añadió un texto haciendo alusión a las tres fiestas, siguiendo el diseño realizado de forma altruista por el Arquitecto Don Juan Roces Arbesú, amigo y colaborador de la Sociedad en cuestiones de suma relevancia como había sido alguna carroza de la Cabalgata de Reyes
Una vez decidido el diseño del pañuelo, se realizó una primera tirada, en la que estos eran cuadrados y estaban serigrafiados, poniéndose a la venta en la fiesta de Huevos pintos de 1987 al precio de 500 pesetas, según el porfolio de Huevos Pintos de dicho año.
Más adelante, en 1988, la junta directiva pasó a utilizar un pañuelo bordado, que con el devenir del tiempo se hizo muy popular entre los polesos fundamentalmente, hasta el punto de ser objeto de regalo en nacimientos, comuniones y otras celebraciones, para posteriormente lucirlo en las fiestas.
He de señalar también, que otra importante razón de la entonces Junta Directiva para implementar el uso del pañuelo fue de índole mucho más prosaica, debido al desolador panorama económico que teníamos entre manos como consecuencia de la existencia de un gran déficit y la necesidad de hacer fiestas, entre las que se encontraba, además, la Cabalgata de Reyes; de tal manera que la venta de pañuelos podría aportar algo a nuestra maltrecha economía, ya que los polesos, conocedores de la misma se volcaron, no solo en la compra de pañuelos, si no prestando su colaboración, una vez más, de forma altruista para realizar actividades que resultaron fundamentales para salir del pozo en el que nos encontrábamos. Fueron tantas las personas que lo hicieron posible (recordemos el grupo teatral Xana) que resultaría injusto nombrar solamente a alguno de ellos, por lo que en representación de todos haremos referencia al gran apoyo del Ayuntamiento de Siero, pero eso, es otro capítulo…
